Septiembre a la vuelta de la esquina… ¿y el estrés ya empieza a asomar?
Volver a la rutina tras el verano se siente como reiniciar enero: agendas apretadas, propósitos por cumplir y la sensación de que tu bienestar se pierde en el camino. Si te identificas, no estás sola/o.
¿Por qué cuesta tanto arrancar?
Formar un hábito requiere tiempo y consistencia. Como explico en mi segundo libro Método CLICK (Ed. Planeta) olvida los 21 días que todo el mundo repite: estudios recientes muestran que, en promedio, se necesitan entre 2 y 3 meses para que un comportamiento se vuelva automático. Esto depende del hábito y de cada persona.
Cómo convertir un hábito en rutina
1.- Repetición diaria
Hazlo todos los días a la misma hora para reforzar la conexión neuronal.
Ejemplo: caminar 20 minutos después de desayunar o hacer 15 minutos de yoga cada mañana.
2.- Recompensa inmediata
Asociar una gratificación ayuda a que tu cerebro consolide el hábito.
Ejemplo: después de entrenar, date un momento para escuchar tu música favorita o tomar un té que disfrutes.
3.- Contexto estable
Realiza la actividad siempre en el mismo lugar o situación.
Ejemplo: si quieres empezar a correr, deja tu ropa deportiva lista la noche anterior y sal por el mismo parque todos los días.
4.- Paciencia y autocompasión
Permítete errores y celebra pequeños logros. La constancia vence a la perfección.
Ejemplo: si un día no logras entrenar, vuelve al día siguiente sin culpa, y registra tu progreso en un diario de bienestar.
¿Cómo puedo ayudarte?
Soy Gemma Ramírez, con más de 15 años de experiencia internacional en Salud mental, ayudo a líderes y equipos a:
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Reducir el estrés y la sobrecarga mental.
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Establecer hábitos saludables sostenibles.
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Mejorar la productividad sin sacrificar el bienestar.
Si quieres recuperar el control de tu rutina postvacacional, te invito a reservar un proceso de mentorías de alto impacto 100% personalizadas. Diseñaremos juntos un plan adaptado a tus necesidades y objetivos.
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